Sturzenegger tiene al mercado para enfrentar al ala política del gobierno

Se considera un error la corrección de la meta de inflación y afirman que no hay margen para bajar la tasa de interés.


Por Roberto Pico

A tres meses de la corrección de la meta inflacionaria a 15% para 2018, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, le está torciendo al brazo a la conducción política del gobierno que lo obligó a tomar una medida con la que estaba de desacuerdo.

La ventaja sustantiva de la que goza Sturzenegger es que en esta ocasión no está sólo, ya que la pulseada la da con la palanca adicional que le agrega el mercado financiero y una amplia porción de los analistas económicos que coinciden con su visión.

Por eso, el próximo martes cuando se reúna el comité de la autoridad monetaria para definir una nueva tasa de política monetaria no habrá mucha discusión: no hay espacio para impulsar la reducción de la tasa de política monetaria por debajo del 27,25% actual que en diciembre pretendieron imponer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y su vicejefe, Mario Quintana.

Sturzenegger ya dio una pista la semana pasada cuando en un seminario de economía afirmó que “el actual nivel de tasa es el adecuado”.

Momento antes el economista Gustavo Cañonero de SBS lo había respaldado: “Si el BCRA hubiera sostenido la meta y no hubiese bajado la tasa hoy tendríamos un escenario más benigno”.

¿Qué fue lo que se complicó? La decisión de diciembre provocó un aumento del tipo de cambio, alentó la inflación y el BCRA tuvo que vender casi U$S 2000 millones para que no se siga escapando la cotización.

En tanto, un documento de la Fundación Mediterránea firmado por Jorge Vasconcelos, subrayó que “aunque las proyecciones de inflación se estén corrigiendo al alza y las del PIB a la baja, el gobierno tiene por estas horas muchos menos incentivos para nuevos giros de política económico como el anunciado el 28 de diciembre pasado”. Clarito: no se puede mover la tasa.

El trabajo indica que aunque “la brecha entre las expectativas y la meta de inflación apunta a superar los 5 puntos porcentuales, y también que el crecimiento este año sería un guarismo entre 2,0% y 2,5%, en lugar del 2,9% de 2017, la economía produjo buenas noticias”.

En ese sentido destacó “el incremento de 20,7% interanual que registró la inversión en el cuarto trimestre de 2017, los 685 mil nuevos empleos logrados en los últimos doce meses y, el descenso de la tasa de pobreza, a 25,7%

“Esto es suficiente oxígeno como para que la política fiscal no cambie su sesgo contractivo, por un gasto que evoluciona por debajo de los ingresos y para que la política monetaria continúe con la tarea de retirar pesos de la economía”, concluyó el informe de IERAL.

Por su parte, en función al Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publicó el BCRA, la consultora ACM sostuvo que el conjunto de los agentes económicos “esperan una baja muy gradual de la tasa de interés”, incluyo vaticinó que no se modificará la actual de 27,25%.

Adelantó que según ese estudio, se espera un leve recorte de 50 puntos para mayo, “muy lejos de desandar la baja de 250 puntos luego de las elecciones y de los 150 puntos absorbidos tras el 28 de diciembre de 2017.

Cabe apuntar que el REM en esta oportunidad recolectó información de 53 participantes, divididos en 31 consultoras, 15 entidades financieras de Argentina y siete del extranjero. Esta participación es opcional.

El martes, cuando Sturzenegger, se reúna con sus colaboradores, ya tendrá un primer indicio de la inflación de marzo dado que el INDEC tiene anunciado por calendario darla a conocer el jueves 12.

Los estudios preliminares que se conocen ubican al IPC del mes pasado en 2% o incluso por encima.  Entre los relevamientos conocidos Eco Go estimó una variación de 2,3%, Elypsis apuntó a 2,2% y ACM, 2,4%. La que se diferenció fue la consultora de Orlando Ferreres cuyos cálculos dan una variación de 1,8%.

A los datos de marzo le faltará “un participante”: el IPC Congreso, indicador que reunía las estimaciones privadas y concluía en un promedio.

Fue creado en tiempos de Guillermo Moreno cuando el ex funcionario perseguía a las consultoras que publicaban cálculos privados de inflación. Con el IPC Congreso, los legisladores buscaban proteger a los economistas y al mismo tiempo marcar las diferencias existentes con los números que suministraba el por entonces cuestionado INDEC.

 

 

 

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