Las 10 propuestas para el futuro peronista

En el Palacio San Miguel, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Hugo Quintana presentarán los criterios y principios que se deben seguir para la reconstrucción y renovación del partido político.


En el marco del lanzamiento del séptimo número de la Revista Movimiento 21 y con la presencia del senador Miguel Ángel Pichetto, el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey y el director de la revista Hugo Quintana se presentarán 10 propuestas para el futuro argentino.

El 22 de mayo, desde las 18hs, en el Palacio San Martín los peronistas anunciarán los criterios y principios para la reconstrucción y renovación del partido político, tanto en sus ideas como en sus liderazgos.

presentaremos 10 criterios y principios para mostrar a la sociedad que otro cambio es posible y que se deben seguir para reconstruir y renovar al peronismo, tanto en sus ideas como en sus liderazgos.

“El cambio que pretendemos no es un simple slogan que hace hincapié en las formas y no resuelve los problemas de fondo. El cambio que pretendemos, el auténtico cambio, es mostrar que hemos aprendido de los errores del pasado y que queremos y sabemos cómo construir el futuro. Un futuro donde los corruptos no puedan ocupar ningún lugar como no sea la cárcel”, pronunciaron.

Las diez propuestas para el futuro argentino

Desarrollo integral para poner fin a la desigualdad

La Argentina necesita formular y poner en marcha una estrategia integral de desarrollo productivo que permita generar las condiciones para promover la inversión, mejorar la educación, asumir los desafíos de la economía digital, factores sin los cuales no hay posibilidades reales de crecimiento sustentable ni mejoramiento del nivel de vida.

La implementación de esa estrategia de desarrollo demanda una macroeconomía equilibrada, que reduzca el déficit en el sector público y en la cuenta corriente de la balanza de pagos, disminuya la inflación y garantice que los precios clave no tengan presiones al alza. También es fundamental mejorar los niveles de seguridad pública, la transparencia administrativa, la organización judicial y eliminar la corrupción. Cada vez cobra mayor valor la calidad de los bienes públicos, desde la educación y la seguridad hasta la salud pública y la defensa del medio ambiente, lo cual obliga a reorganizar al Estado.

Un estado activo y eficiente a favor de la justicia social

La misión de la política y el rol del Estado reside en afrontar y resolver los problemas de desigualdad, generar condiciones para el desarrollo, revalorizar el trabajo y buscar mecanismos que garanticen una igualdad de oportunidades para todos, en el camino de la justicia social.

Ni un Estado burocratizado e ineficiente, ni un Estado puesto al servicio de los negocios particulares de los grupos gobernantes. La Argentina exige un Estado fuerte e inteligente, dotado de capacidad de planeamiento estratégico, con un rol activo en el desarrollo de la innovación científica tecnológica, munido de adecuadas facultades de control y con aptitud de liderazgo para impulsar la acción mancomunada de la sociedad.

Educación pública de excelencia para ser protagonistas de la revolución tecnológica

Hace falta tener una visión audaz y de gran envergadura para que todos los argentinos, independientemente de su edad, condición social y ubicación geográfica puedan desarrollarse individual y colectivamente en las condiciones extremadamente competitivas que plantea la revolución tecnológica de nuestro tiempo.

Este replanteo estratégico exige la transformación integral del sistema educativo para mejorar la calidad, la cobertura, la pertinencia y la formación de los docentes. También se debe impulsar un “cuarto nivel” educativo, asociado al mundo del trabajo, para incorporar nuevos conocimientos y capacidades, ya no durante una etapa determinada sino a lo largo de toda la vida.

En esta sociedad del conocimiento, la educación es una herramienta indispensable para la justicia social.

Trabajo digno como principal herramienta para erradicar la pobreza

Gobernar es crear trabajo. La justicia social demanda la creación de trabajo formal para todos.

Esta perspectiva sobre la justicia social se contrapone con las visiones que circunscriben el tema de la pobreza a la “inclusión social” y que en realidad no están orientadas a la erradicación de la marginalidad sino a una simple tarea de “contención”, a través de la perpetuación de un asistencialismo asociado al clientelismo político.

La movilidad social ascendente tiene que volver a estar en la base de la cultura de los argentinos.

Repoblar la argentina para construir un país socialmente integrado

El principal desafío que afronta la Argentina es la desigualdad. Pero ese contraste no involucra solamente la disparidad de ingresos entre los distintos sectores sociales, sino también las enormes desigualdades entre las distintas regiones del país, unidas a la concentración en los grandes conurbanos, convertidos en focos sistémicos reproductivos de la pobreza y la marginalidad social, con una incidencia cada vez mayor en el tema de la inseguridad pública.

Esto requiere una mayor, mejor y coordinada infraestructura: trenes, autopistas, obras energéticas, dragado de ríos y ampliación del sistema de telecomunicaciones, factores indispensables para la ampliación de la frontera productiva y la creación de incentivos para una redistribución más equilibrada de la población. En este terreno, la prioridad es la reconstrucción del sistema de transporte ferroviario.

Reforma institucional que garantice la renovación política y la real independencia de poderes

La Argentina exige una profunda renovación política. El punto de partida es el fortalecimiento de los partidos políticos como canales de representación ciudadana.

En esta reformulación es fundamental garantizar la transparencia y la equidad en la financiación de la actividad partidaria. Sin la existencia de un mecanismo transparente de financiación de los partidos políticos, la lucha contra la corrupción puede convertirse en una declamación vacía de contenido.

En ese sentido, cabe impulsar, con el debido consenso sobre la oportunidad, una reforma constitucional que elimine la reelección presidencial, estableciendo un solo mandato de cinco o seis años para el Poder Ejecutivo Nacional, prohíba las reelecciones indefinidas en todos los cargos electivos y unifique los mandatos y las elecciones legislativas.

Consenso político y social como garantía de gobernabilidad y camino para la integración y la unidad nacional

La Argentina necesita que la dirigencia política y social alcance una concertación que permita establecer el rumbo estratégico, inspirado en una visión de largo plazo.

Hay que hacer el esfuerzo para convertir las políticas públicas fundamentales en políticas de Estado.

Baste como ejemplo la acuciante necesidad de una reformulación integral del sistema de seguridad social, para garantizar su sustentabilidad económica, gravemente amenazada, y el mejoramiento de las prestaciones a jubilados y pensionados

Combate a la corrupción, cuenta pendiente de la democracia

La corrupción es de carácter sistémico y demanda una respuesta de fondo, acorde con la gravedad de la distorsión que significa para la democracia. No se debe ignorar que detrás de cada funcionario o dirigente corrupto hay un empresario que paga y se beneficia. A lo que corresponde agregar que el mayor incentivo para la corrupción es la impunidad, cuya existencia es responsabilidad insoslayable de los magistrados judiciales.

La ausencia del Defensor del Pueblo de la Nación a lo largo de distintos gobiernos atestigua un profundo desapego a la Constitución Nacional y desinterés por los derechos de los ciudadanos. La Oficina Anticorrupción debe transformarse en un órgano independiente del Poder Ejecutivo y los organismos de control y los entes reguladores tienen que funcionar también con transparencia, profesionalismo y eficacia. Al mismo tiempo, es impostergable encarar, sin dilaciones, una reforma a fondo del sistema judicial.

Nuevas políticas de seguridad y defensa nacional

En este nuevo escenario mundial, signado por el avance del delito transnacional, es imprescindible reformular la relación entre los conceptos de Defensa Nacional y Seguridad Interior. Esto no supone involucrar necesariamente a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo transnacional o cualquier otra amenaza de origen internacional que se manifieste dentro de nuestras fronteras. Pero implica, sí, emplear sus recursos y su capacitación en apoyo de la lucha que está necesariamente a cargo de los organismos de seguridad y en la que también resulta fundamental la cooperación de la estructura de inteligencia del Estado.

En materia de seguridad, se requiere un fuerte énfasis en la tarea de prevención del delito, lo que exige reforzar la inteligencia criminal y la presencia en las calles con agentes altamente capacitados y con salarios adecuados, la incorporación de las nuevas tecnologías para combatir el delito y el establecimiento de eficientes mecanismos de control interno en las fuerzas de seguridad para combatir la corrupción. Corresponde asimismo promover una adecuación de las normas procesales y una profunda transformación del sistema penitenciario para que las cárceles no sean un postgrado del delito.

Defensa de la producción nacional, integración con américa latina y preservación del medio ambiente

El mundo atraviesa una etapa signada por el fin del unipolarismo estadounidense, el ascenso de China y un nuevo escenario internacional sellado por la lucha por la hegemonía planetaria. La Argentina no puede pasar de un aislacionismo suicida a un aperturismo indiscriminado. La política exterior es siempre el resultante de un proyecto de Nación.

En este contexto, resulta imprescindible fortalecer las relaciones con los países de la región.

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