Entre lágrimas, habló la mamá del rugbier atropellado por su novia

La defensa afirma que la joven «no tuvo intención de matar a su novio». Hoy se define si le otorgan prisión domiciliaria, ya que «debe cuidar a sus dos hijos de 5 y 10 años». 

«Esa mujer nos destrozó la vida». La frase pertenece a Graciela Linares, madre de Genaro Fortunato, el rugbier que fue atropellado por su novia, Julieta Silva, a la salida de un bar en Mendoza. Fue en el marco de la audiencia de apelación de la prisión preventiva de la acusada, hoy por la mañana. Esta tarde, el tribunal definirá si la mujer recibe el beneficio de la prisión domiciliaria y algún cambio en su imputación de homicidio agravado por el vínculo y por alevosía, y podría pasar a caratularse como un homicidio culposo, es decir, sin intención de matar.

«Escuché hablar de los derechos de los niños (los varones de 5 y 10 años de la acusada con anterior pareja). ¿Y quién habla del derecho a la vida? De la que le arrebataron a Genaro. Yo tuve que ver a mi hijo en la morgue» dijo Linares entre lágrimas.

Desde la defensa afirman que la joven “no tuvo la intención de matar a su novio” y que se trató de un accidente. «Pido la liberación inmediata de Silva», dijo su abogado Alejandro Cazabán y planteó el cambio de carátula a homicidio involuntario. El defensor cuestionó al juez Pablo Peñasco, quien mantuvo la acusación, porque «actuó sin ninguna prueba fehaciente, pensando en la opinión pública y los medios«.

El cuidacoche del bar relató que en la playa de estacionamiento el rugbier apoyó su codo en la ventanilla abierta del auto de su novia para evitar que se vaya. Ella avanzó y él cayó sobre el asfalto. Su novia condujo 150 metros, dio una vuelta en U y volvió en velocidad. Lo pisó mientras él estaba incorporándose en la calle. Ella declaró que no lo vio por sus problemas de visión, debido a que tiene un astigmatismo de grado 3 y no llevaba sus lentes recetados al conducir. «En sus dos declaraciones, tuvo 35 contradicciones» dijo el abogado de Silva sobre el testimonio del trapito.

Pero de todas maneras, el factor que más peso tiene para que se le otorgue la domiciliaria a la mujer, es que tiene dos hijos, varones de 5 y 10 años, de su anterior matrimonio, a los que cuidar. En general, la Justicia argentina es proclive a otorgar este beneficio a las madres con hijos pequeños.

 

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