La Iglesia reconoció que atraviesa «un momento crítico»

Oscar Ojea emparentó el momento de la institución eclesiástica con el del Gobierno de Mauricio Macri.


En el comienzo de la Asamblea Plenaria de obispos, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, hizo hoy un mea culpa y advirtió que la Iglesia atraviesa un «momento crítico», al tiempo que trazó un duro panorama sobre la marcha de la gestión de Mauricio Macri y alertó que la crisis económica «resiente la confianza en la dirigencia política».

«Estamos terminando un año sumamente difícil. Muchos acontecimientos que hemos vivido en los últimos meses nos han provocado perplejidad y, al mismo tiempo, nos plantean grandes desafíos pastorales», advirtió Ojea en su misa de apertura.

Mencionó entre ellos «la habilitación del debate sobre el aborto y su repercusión en muchos jóvenes», el fenómeno posterior de las «apostasías», las denuncias de abusos en colegios religiosos y «ataques a la persona del Santo Padre desde dentro y desde fuera de la Iglesia de un modo que no tiene precedentes».

«Todo esto lo hemos vivido en medio de una crisis social y económica que golpea a todo el pueblo argentino, y que va resintiendo la confianza en la dirigencia política aumentando el mal humor social, el enojo y la intolerancia que hace muy crispada la convivencia», advirtió Ojea ante decenas de obispos en la casa de ejercicios El Cenáculo (La Montonera) en Pilar.

En su mensaje, el obispo de San Isidro señaló que ante estos hechos los obispos no deben reaccionar con «ira, el enojo o victimización», ni «paralizarse», sino que deben reconocer que «en muchas de estas situaciones» el Episcopado ha tenido su «parte de responsabilidad», por lo que debe hacer «un profundo examen de conciencia».

«Podemos sentirnos rechazados y pensar que a Jesús le pasó lo mismo. Un pensamiento parecido a: ´Nosotros estamos bien, los equivocados son los demás´. Esto no es justo, ni totalmente honesto. En muchas de estas situaciones hemos tenido nuestra parte de responsabilidad. Esto nos debe hacer pensar en nuestra propia conversión personal y pastoral. Y hacer un profundo examen de conciencia», advirtió.

Y, luego de la polémica por la misa en la Basílica de Luján con la participación de varios sindicatos críticos del Gobierno, liderados por Hugo y Pablo Moyano, y referentes del kirchnerismo, Ojea llamó a «cuidar la unidad del Episcopado» a partir de un diálogo «sincero, profundo y valiente» para superar diferencias internas.

«Hoy más que nunca debemos cuidar y defender la unidad de nuestro Episcopado, buscando plantear de frente nuestros acuerdos y desacuerdos, no permitiendo que el espíritu del mal logre dividirnos. Es tiempo de diálogo sincero, profundo y valiente entre nosotros. Un diálogo así nos enriquece y favorece nuestra unidad», apuntó.

En este sentido, remarcó que si bien los obispos nunca se hubieran imaginado que iban a estar «delante de estos problemas, cuyas raíces y motivos cuesta entender», no les sirve quedarse «inmóviles» sino que el Papa ya manifestó su preferencia por «una Iglesia que se accidenta y toma riesgos en lugar de una Iglesia que se encierra en sí misma».

Por eso, Ojea llamó a los obispos a actuar con «humildad» para reconocer «la propia fragilidad» y poder «escuchar de un modo nuevo el corazón de aquel que está enojado con la Iglesia», renunciando al «reconocimiento» social que en «otro tiempo» supieron tener.

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