La Cámpora confirmó las denuncias por las violaciones de dos ex militantes

Si bien Stephanie y Aylén, las militantes que escracharon a la organización por las violaciones vinculadas personas que pertenecían al espacio, denunciaron que la agrupación encubrió a sus abusadores, esta se desligó


La Cámpora difundió un comunicado en el que admitió los casos de abuso denunciados por una investigación del noticiero TN Central, en la que ex militantes acusaron a la agrupación de encubrir los sucesos y de no aplicar los protocolos pertinentes. Sin embargo, el espacio desmintió las presuntas maniobras.

En el escrito que titularon «Nada que esconder», reconocieron que «la violencia de género es transversal a todos los ámbitos de la sociedad» y que su organización «no está exenta». Se refieren, de esta manera, a los casos de Stephanie y Aylén Borda quienes sufrieron violaciones sexuales por parte de compañeros de militancia y que apuntaron a que desde la agrupación intentaron tapar las denuncias.

Sin embargo, la organización sostuvo que «siempre» que «se tomó conocimiento de algún caso interno», se pusieron » a disposición, brindando asistencia y tomando las definiciones pertinentes, entendiendo que la intervención que una organización política puede tener, no es la misma que la intervención de la justicia”.

 

Y afirmaron: “Nunca dejamos de escuchar a las compañeras, las contuvimos y apoyamos en el proceso de denuncia. Lamentamos lo que vivieron, y no queremos que se repita en nuestra organización ni en la sociedad”.

En su relato, Stephanie acusó a su pareja de zamarrearla, de pegarle patadas, darle cachetazos y obligarla a tener sexo luego de ser operada. Lo conoció a fines de 2016 por medio de la militancia: «Desde el primer momento teníamos una relación muy intensa. Nos veíamos todos los días. El podía hacer uso y disposición de mi teléfono. Si yo no se lo permitía, él pensaba que algo le estaba escondiendo«.

«No había caído en que me abusó hasta que voy a la oficina doméstica. Me preguntaron si estaba embarazada y le respondí que no sabía. Le conté lo que pasó y el hombre me dijo que eso era un abuso y si lo quería denunciar. Le dije que sí», contó en diálogo con TN.

La Cámpora, por ese entonces, respondió con indiferencia. Si bien debería haber aplicado el protocolo anti violencia, Stephanie confirmó que este «casi nunca se aplicó» y que «en otros casos se encubrió» como en el propio. «Terminamos siendo lo mismo: no cuidamos a las pibas«, deslizó.

La historia de Aylén Borda se asemeja a la de su par en el sentido de que la organización tampoco se ocupó de responder por la mujer abusada. Según su testimonio, en 2015 se enamoró de una persona que pertenecía a La Cámpora al igual que ella.

“Ejercía un control sobre mí. Me revisaba todas las redes sociales, tenía mis contraseñas, el acceso total a todos mis contactos, a mis llamadas. Sus celos eran con chicos y hasta con mis propias amigas. Algo totalmente psicópata. Me aisló», detalló.

Y recordó: “Me llegó a levantar la mano. Cuando sentía que no daba para más, abandoné mi espacio de militancia para no generar más conflictos”.

La joven acudió entonces a Florencia de Felipe, una dirigente política de Florencio Varela, donde militaba. De ese encuentro, Aylén aseguró: «Nunca me preguntó si estaba bien; solo se limitó a decirme que lo que estaba haciendo manchaba la organización”. 

Además, desde La Cámpora le habían prometido que apartarían a su ex pero nunca lo hicieron. Luego, aseguró que fue expulsada «al igual que las compañeras» que la ayudaron. «Mi caso trascendió porque no solo tuve reuniones con responsables distritales, sino también con responsables provinciales y nacionales. Me consta que saben», reveló.

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