Kuczynski, tras su renuncia: «No quiero ser un escollo para Perú»

Luego de renunciar a la presidencia de Perú, el ex mandatario negó las acusaciones de corrupción que lo llevaron al juicio político.

Un día antes de su juicio político, Pedro Pablo Kuczynski renunció a la presidencia de Perú, después de haber sido acusado de comprar votos para evitar su destitución, y se refirió al hecho luego de hacer efectiva su dimisión

En un mensaje grabado en el Palacio de Gobierno, en Lima, Kuczynski, de 79 años y que estuvo en el poder desde julio de 2016, dijo que la confrontación política con el Congreso había generado un clima de ingobernabilidad. «No quiero ser un escollo para el país», dijo el expresidente, y rechazó las acusaciones de corrupción «nunca comprobadas».

«He trabajado casi 60 años de mi vida con total honestidad. La oposición ha tratado de pintarme como si fuera una persona corrupta y consiguió afectar a trabajadores honestos que laboran en mi domicilio, involucrándolos injustamente en esta artimaña en contra del Gobierno», añadió el ex mandatario.

Al respecto, aseveró: «Seguiré comprometido con el país. Ante la crisis generada por actos políticos subjetivos, es importante para la Nación que nos aboquemos a las reformas políticas constitucionales para no volver a pasar por este trance e iniciar un nuevo capítulo hacia el progreso y la justicia».

Kuczynski dijo que habrá una transición de poder constitucionalmente ordenada. En este escenario, la Constitución establece que el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, asuma el cargo.

La renuncia se dio a conocer durante el Consejo de Ministros realizada hoy en Palacio de gobierno, en Lima. Mañana, el Congreso planeaba votar una moción de destitución por sus lazos con la constructora brasileña Odebrecht, investigada dentro de la causa Lava Jato.

El partido Fuerza Popular, liderado por la opositora Keiko Fujimori, había revelado vídeos donde se exhibía una presunta compra de votos a cambio de obras para evitar que Kuczynski sea destituido en el juicio político de diciembre pasado.

Si ninguno de los dos vicepresidentes acepta asumir el mando, lo debería hacer el presidente del Congreso, Luis Galarreta, aliado al fujimorismo. De darse ese escenario, tendría que convocar a nuevas elecciones, algo que actualmente ningún partido desea en momentos de desprestigio de los políticos por los escándalos de Odebrecht.

Kuczynski quedó envuelto en la polémica en diciembre pasado cuando la empresa Odebrecht revelara que había pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a él mientras era ministro. Hasta ese momento había negado todo lazo con la constructora.

 

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