FMI: acuerdan un dólar con piso y techo

El convenio incluye además una ampliación del crédito de US$ 20.000 millones: una megaoperación por US$ 70.000 millones.


 

La Casa Rosada va a concretar un cambio fundamental: reajustará la política cambiaria para tratar de mantener, con cierta estabilidad, la cotización del dólar. La decisión ya esta pactada en secreto con el Fondo Monetario y se ejecutaría una vez que Washington apruebe el acuerdo. Se trata de una reforma central a una política cambiaria de Macri que nunca funcionó: hasta ahora el dólar se apreció un 300%.

Clarín confirmó que consiste en lo siguiente: dejará de lado la absoluta libre flotación por un sistema más previsible. A partir de ahora, el BCRA establecería una “banda” de flotación del tipo de cambio. En otras palabras: existirá un techo y un piso de cotización. Entre ambos valores flotará libremente. Pero cuando el precio del dólar supere el tope máximo, el Central está autorizado a salir a vender divisas para frenar una escalada. En caso de que toque el piso de la banda, la entidad saldrá a comprar dólares para sostener la cotización, evitar el retraso cambiario y, además, recomponer reservas. Las líquidas están en un mínimo de 20.000 millones.

El sistema que se negoció ya se aplica con éxito en Colombia, Chile e Israel. El cambio modifica un gravísimo error -de lo tantos en la política económica- que cometió la Casa Rosada, en complicidad con el FMI.

En junio, los burócratas del Fondo y el Banco Central acordaron prohibir la intervención del BCRA. Esa errónea decisión la impuso la dupla de funcionarios del organismo, Alejandro Werner y Roberto Cardarelli, con el acuerdo de Federico Sturzenegger y el aval de la cúpula del Gobierno: finalmente, el dólar saltó a 40 pesos y se perdieron US$ 17.000 millones de reservas.

Ahora la Argentina y el FMI pactaron que el valor promedio de equilibrio estaría alrededor de los 40 pesos. Aún se desconoce cuales serán los parámetros para el techo y el piso de la banda. Se habla de una amplitud del 10 o el 15 %. En otras palabras: un techo de entre 40 y 44 pesos, y un piso de entre 32 y 36 pesos. Tampoco se conoce si los valores de la banda serán públicos o -para cubrir las formas- serán utilizados sólo por el equipo económico.

Pero existe consenso en que una estrategia cambiaria de este tipo le otorgará más “certidumbre y estabilidad” al dólar. La información la tienen los grandes fondos de Wall Street. Nicolás Dujovne habló con ellos. El mecanismo se incluye en el acuerdo del FMI.

Clarín puede anticipar que su texto técnico está cerrado y que, por eso, hoy ya volverá a Washington la misión del Fondo. También, que el convenio incluye una ampliación del crédito en 20.000 millones de dólares, una megaoperación para salvar a la Argentina por 70.000 millones. Con la aprobación política del FMI se van a desembolsar de inmediato unos 12.900 millones. El anuncio se haría cuando se concrete en Manhattan -el lunes- la reunión entre Macri y Christine Lagarde.

La jefa del FMI tiene una relación especial con el Presidente. Lagarde quiere apuntalar a su preferido. Ahora dependerá de los funcionarios a cargo del tema que no vuelva a “chocar” la calesita de la economía. Argentina dilapidó en el año reservas y la ausencia de un verdadero plan económico llevó la economía a la “estanflación”.

La multiplicidad de traspiés y las peleas en el Gabinete tienen un costo social alto: el Indec informará la semana próxima que la pobreza, otra vez, supera el 30%. El apoyo de EE.UU. fue clave para aceitar el aval del FMI. David Malpass -segundo en el Tesoro- bendijo a Dujovne. Fue muy claro Edward Prado – el nuevo embajador en Buenos Aires- días atrás en el Centro de Estudios Americanos.

El delegado de Washington dijo: “Las empresas americanas deben invertir en Argentina aprovechando la nueva relación bilateral”. El nutrido encuentro lo organizó Luis Savino, titular del CEA. Estaban los más fuertes miembros del establishment local. En esa reunión circuló un dato político clave: la Casa Rosada trabaja en un proyecto de ley para “encapsular” el escándalo de los cuadernos.

En secreto, el “comité” que evalúa una salida está formado por Bernardo Saravia Frías, Fernando de Andreis, Fabián Rodríguez Simón y Guillermo Dietrich. La intención es preservar a las empresas para que no se frene la obra pública. En las “coimas” están involucradas todas las importantes y ya existen investigaciones de la SEC de Manhattan. El plan , por ahora, es preliminar porque todo es muy sensible. Podría quedar como un salvataje a las compañías. El “cuarteto” explora dos ideas fuerza: 1) Que los políticos involucrados en la corrupción no puedan postularse en el futuro a cargos públicos, 2) Que los empresarios estén impedidos de ejercer el comercio y deban renunciar a sus compañías. Así se “blindaría” a las empresas como “unidad productiva social” y se castigaría sólo a sus accionistas. El tema ya se habló en reserva con referentes de la oposición.

Nada está cerrado: tiene alto voltaje político y podría generar restricciones electorales sobre Cristina. Jaime Durán Barba y Marcos Peña se oponen: quieren a la ex presidenta candidata para confrontar con Macri. Pero la cuestión circula al máximo nivel. En la UIA hubo un debate
​-que no prosperó- sobre el futuro de los dirigentes vinculados a la causa. Ahora, el plato fuerte se prepara en la Cámara de la Construcción : en noviembre sería nuevo presidente Julio Crivelli.

Columna original de Marcelo Bonelli publicada en el diario Clarín

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