El Ministerio de Hacienda sostiene que las diferencias del proyecto se discutirán en el Congreso y que más allá de las subas impositivas puntuales para algunos sectores, las modificaciones beneficiarán a todos.
Los vitivinícolas, fabricantes de electrónicos fueguinos, de bebidas y azucareros fueron algunos de los que gritaron al cielo su rechazo a la reforma tributaria que planteó el Gobierno esta semana. A pesar de las subas impositivas puntuales para algunas economías regionales, el Ministerio de Hacienda dejó bien en claro que el proyecto beneficiará a todos y que las posibles diferencias se tratarán en el Congreso.
En ese marco, una alta fuente del organismo que conduce Nicolás Dujovne aseveró que «las quejas sectoriales tienen una mirada muy parcial».
La primera en manifestarse en contra de la medida oficialista fue la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, que le envió una carta al presidente Mauricio Macri pidiéndole una audiencia por el impacto que tendrá en la economía provincial la eliminación de los tributos a los electrodomésticos.
Luego fue el turno de los fabricantes de artículos electrónicos, queines manifestaron su preocupación por el impacto. Advierten que la eliminación del tributo no diferencia productos importados de los fabricados a nivel local, por lo que deja fuera del mercado a la producción.
El sector cuestionó la alícuota del 10% al vino y sidras. La noticia molestó especialmente a los productores de Mendoza, que ya hablan de la medida como la 125 del Oeste argentino. En el sector se quejan de que el impuesto cae en «el peor momento», ya que en dos años perdieron el 20% del mercado interno por el impacto en los precios del vino de dos muy malas cosechas.
Sobre el posible encarecimiento de esta bebida, como del resto de las alcohólicas (dependiendo la graduación el impuesto interno alcanzará el 29%) y de las gaseosas y jugos con azúcar agregada (tributarán el 17%), en Hacienda relativizan los argumentos de las empresas.
