Diferencias internas en el Gobierno por el impuesto a la renta financiera

El impuesto a la renta financiera será más fuerte que lo previsto: llegará al 35 % y alcanzará a todas las colocaciones bancarias. Entre ellas, la poderosa bicicleta de las Lebac y hasta los plazos fijos superiores a un monto a determinar: se calcula que pagarían todas las operaciones superiores a 500.000 pesos.

Este tributo sería una de las vedettes de la reforma impositiva que el Gobierno prepara a toda marcha y proyecta presentar después de las elecciones. El paquete es “neutro”. Incluye lentas y muy graduales rebajas de impuestos, con aumentos y creación de nuevos tributos. El gravamen al ahorro se aplicará sobre el excedente de la colocación financiera. En otras palabras: 35 % sobre la utilidad que generen las Lebac o los plazos fijos. La Casa Rosada propone llegar a esa tasa máxima, también en forma gradual en un plazo de 3 años. Y podría ponerle al gravamen una escala semejante a la que existe en Ganancias.

Así lo pudo confirmar Clarín en fuentes de la Jefatura de Gabinete. Las decisiones estarían tomadas, pero aún no se incluyeron los detalles en el borrador del anteproyecto de reforma tributaria.

Estas precisiones figuran en documentos anexos que elaboró la Casa Rosada y muchos de los cuales fueron comunicas a los principales banqueros del país, como los de ADEBA y de ABA. La cautela oficial obedece a que la medida genera una fuerte pelea interna dentro del gabinete económico. Hay ministros que resisten la medidas y desaconsejan la iniciativa.

Se oponen directamente el poderoso jefe del Banco Central y el ministro de Finanzas. Luis Caputo lo dijo ya dos veces en público. Primero fue sutil frente a los miembros de la Asociación Empresaria: “No hay nada resuelto sobre gravar la renta financiera”.

Esta semana subió el tono de su crítica: “No sé si este es el mejor momento para aplicarlo”. Caputo -solo en esto- comparte la posición de Federico Sturzenegger. No los une el amor, sino el espanto. El jefe del Central se quejó por el proyecto durante una reunión privada con Mauricio Macri. Pero el Presidente ya le dio luz verde al trío Gustavo Lopetegui- Mario Quintana-Nicolás Dujovne.

En Casa Rosada están convencidos de otro amplio triunfo electoral y preparan una ofensiva de iniciativas. Macri recibió una encuesta secreta que dice lo siguiente: Cristina bajó 4 puntos después de la entrevista en Infobae. Quintana propicia el impuesto a la renta financiera, para arrebatarle esa medida progresista a la oposición. Piensan que así evitan que puedan imponer ese gravamen o menearlo en el Congreso. En la Asociación de Bancos creen que juegan con fuego: los banqueros dicen que esa propuesta se sabe cómo entra al Parlamento, pero no cómo saldrá del Parlamento. Por eso, Sturzenegger y Caputo solo están de acuerdo en oponerse al proyecto. En todo lo otro siguen enfrentados .

El ministro considera un error serio la sobre-tasa de interés que impone el BCRA a través de las Lebac. Sostiene -desde hace meses- que frena la economía y atrasa el valor del dólar y que todo impacta sobre la inversión productiva. Caputo está preocupado porque se siente muy expuesto políticamente: tiene que cubrir con deuda los desequilibrios que genera el intenso rojo fiscal y la política monetaria. Es la cara política del endeudamiento y en el Parlamento todas las miradas están puestas en un dato: el mayor aumento del gasto público futuro se debe al pago de “servicios de la deuda”.

Francisco Cabrera, Luis Buryaile, Guillermo Dietrich y Juan Aranguren son los ministros que enfrentaron más recortes presupuestarios: perdieron en el reparto de partidas. Aranguren mantiene una pelea por los subsidios con las productoras de gas, porque quiere eliminar el plan que vence a fin de año y alienta la producción de gas convencional. Las petroleras se oponen. Dicen que va a provocar una caída de la producción. Hay en juego la friolera de 2.000 millones de dólares.

Aranguren solo quiere otorgar beneficios para Vaca Muerta. YPF y la -ahora- gigante Pan American Energy Group juegan en ambos frentes. La fusión de British Petroleum y el Grupo Bridas se pudo concretar y anunciar una vez que la Securities and Exchange Commission cerró la investigación internacional que las involucraba. En YPF, Miguel Gutierrez busca recomponer una empresa que su antecesor dejó en estado de asfixia.

La administración de Miguel Galuccio cometió gruesos errores técnicos en la exploración en Vaca Muerta. Aprobó una exploración con perforación vertical, cuando internacionalmente se usa una horizontal. YPF perdió 1.200 millones de dólares y tuvo nulos resultados. Ahora la compañía está súper-endeudada y enfrenta graves reclamos judiciales. Esta semana, la jueza María José Sarmiento ordenó a la petrolera estatal dar a conocer los “anexos confidenciales “ del bochornoso acuerdo con Chevron.

Cristina, a través del dúo Axel Kicillof- Galuccio, acordó con la compañía norteamericana un convenio que incluye cláusulas que afectan la soberanía nacional. Ahora, Galuccio lanzó su propia firma petrolera. Pretende invertir en Vaca Muerta asociado con empresas mexicanas y brasileñas. ¿Utilizará información confidencial y privilegiada?

Nota publicada en www.clarin.com el 22/09/17

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