Desde La Trinidad aseguran que Débora Pérez Volpin tenía «una hepatitis importante»

La versión del sanatorio señala que la periodista tenía fuertes dolores abdominales y en la cintura «que venía arrastrando desde hacía tres semanas».

Fuentes del Sanatorio de La Trinidad afirmaron que el cuadro que presentaba Débora Pérez Volpin al ingresar a la clínica el día de su fallecimiento era «complejo»: «Llegó al sanatorio con fuerte dolor abdominal y en la cintura, que venía arrastrando desde hacía tres semanas y por los que había sido tratada en forma ambulatoria por otros profesionales», afirmaron al diario Clarín y completaron el cuadro: Hepatitis «importante» líquido en cavidad abdominal y alrededor del hígado; derrames en el tórax, principio de hipertensión portal, e ictericia. Todo eso aseveran que padecía la legisladora porteña.

La versión de La Trinidad contrasta visiblemente con lo declarado por el abogado de la familia Pérez Volpin, Diego Pirota: «Ingresa a realizarse estudios una persona sana, una persona que no tenía una patología en términos médicos. Una persona que tenía un dolor en el estómago. Así está informado en la historia clínica. Ingresa a realizarse estudios de rutina, un estudio programado. No debía presentar ningún inconveniente», había sentenciado.

«Entró una persona sana, y menos de 15 o 20 minutos después fallece esa persona de una manera muy crítica, aparentaría que inmediatamente iniciado el procedimiento pudo haberse producido una crisis», añadió Pirota.

Otro que se refirió sobre el accionar de los médicos fue Marcelo Funes, ex marido de Débora, que había expresado que «todo indica que fue mala praxis», y que fue «extraña» la manera de comunicarse de los profesionales: «Sólo dijeron que hubo una complicación y que tuvo un paro. Se tomaron cinco minutos solamente. Pero yo no estoy llevando los asuntos legales, sólo estoy llorando”, completó.

Lo que también trascendió del sanatorio fue la perplejidad de las lesiones aparecidas en el esófago y estómago de la periodista, unas incisiones que eran «como si le hubiesen pasado un arado por encima, o un peine afilado»: «Esas lesiones no las pudo haber provocado el endoscopio, porque este aparato tiene un tubo de goma», aseguraron.

«Si la lesión fue por falta de prudencia, por un error involuntario o por el mismo procedimiento, lo desconozco, pero existió. Si se ve un sangrado hay una lesión. No tengo dudas de que algo sucedió», fue la afirmación de Pirota al respecto, y añadió: «Si no hubo mala praxis la familia lo va a aceptar. No se busca venganza ni un responsable porque sí, se quiere saber lo que pasó».

 

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