Barbara Bonelli se postuló como defensora del Pueblo en la Ciudad

La politóloga propuso trabajar por una Defensoría que sea «garante de los derechos más sensibles de la gente», e hizo foco en la desigualdad de género.

En la Legislatura porteña se dieron las primeras exposiciones de los candidatos a Defensor del Pueblo porteño. Una de ellas fue la politóloga Barbara Bonelli, que pidió «eliminar las diferencias en el acceso al Estado, a sus servicios y a los derechos que el mismo debiera garantizar».

«Considero que puedo representar a una nueva generación, una generación de personas con poder de decisión que creen que desde organismos como la Defensoría se pueden generar nuevos consensos. Una generación que quiere evitar que los dogmas y las pertenencias partidarias sean un impedimento a la hora de trabajar por los muchísimos temas sobre los que debemos ponernos de acuerdo para mejorarle la vida a los porteños y porteñas, sin mezquindades y sin especulación», enfatizó Bonelli, de 29 años.

La politóloga también pidió «eliminar las diferencias en el acceso al Estado, a sus servicios y a los derechos que el mismo debiera garantizar», entre el norte y el sur de la Ciudad, donde aseguró que hay mucha desigualdad.

«Les propongo trabajar por una Defensoría que sea garante de los derechos más sensibles de la gente, del 25% de habitantes que vive en condiciones críticas viendo vulnerado su derecho constitucional a la vivienda digna, ya sea en villas de emergencia, asentamientos precarios, hoteles, pensiones, conventillos o en situación de calle», añadió la candidata a la Defensoría.

Bonelli además enfatizó en la desigualdad que se vive entre mujeres y hombres: «Soy, además de joven, mujer, en un país donde solo el 20% de los cargos ministeriales del gabinete nacional es desempeñado por mujeres, donde apenas el 17% de las listas a diputados fueron encabezadas por mujeres.  A medida que una va a creciendo, ve como sus hermanas, compañeras, amigas y hasta una misma atraviesa distintas situaciones de desigualdad.  Desigualdad en el acceso al trabajo, a pesar de que no solo somos más las estudiantes y graduadas del sistema universitario, sino que además tenemos mejor rendimiento. Desigualdad cuando nos encontramos en algún momento de nuestras vidas con la necesidad de decidir entre ser madres o crecer en nuestras carreras laborales. Desigualdad ante la inexistencia de sanciones al incumplimiento de leyes para garantizar nuestra representación. Desigualdad en tener menor salario por la misma tarea. Desigualdad porque siempre se nos exige el doble para obtener la mitad que nuestros compañeros varones«.

Por último, Bonelli afirmó: «La Defensoría del Pueblo es un lugar de empoderamiento de la ciudadanía, por eso les propongo trabajar para una defensoría que abarque a toda la Ciudad, buscando y detectando las necesidades de sus habitantes para convertirlas en derechos y actuar rápidamente allí donde las injusticias construyen desigualdad»

 

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